Como parte de las innumerables medidas para dar fin a la pandemia del coronavirus, en el país como el el mundo entero se ha establecido la cuarentena para frenar el avance de los contagios y evitar que la situación se salga de control.
Ya sabemos que el COVID-19 se transmite a través del contacto con mucosas de una persona portadora del virus, ya sea por medio del aire (con estornudos principalmente) o el contacto directo con superficies infectadas.
Otro de los aspectos que hace tan contagioso a este virus es el periodo de incubación que va de 7 hasta 14 días antes de que el paciente muestre los síntomas y mientras pudo contagiar a otras personas. De igual modo sucede con las personas infectadas que no presentan síntomas (asintomáticas).
Una de las principales causas de contagio es la cercanía con personas infectadas, por ello tanto el aislamiento de los enfermos como la cuarentena de las demás personas hacen más lenta la propagación del virus y con ello se evita que el sistema de salud se sobrecargue de pacientes con COVID-19.
Lo que se busca es que los contagios no sucedan todos al mismo tiempo, que los hospitales no se saturen y puedan darle atención oportuna a todos los pacientes con cuadros graves. A su vez da más tiempo para que se encuentre el mejor tratamiento o incluso la vacuna.
Es por esto que se insiste tanto en que respetemos la cuarentena, además de tomar las medidas de sanidad como lavado de manos, uso de cubrebocas, desinfección de superficies, entre otras.
En nuestro país es comprensible que no todas las personas pueden guardarse en cuarentena por razones de trabajo u otros motivos, pero quienes sí puedan hacerlo es importante que lo hagan por la salud y el bienestar de todos.
