Desde el inicio de la pandemia hemo escuchado sobre la importancia de utilizar el cubrebocas como una medida de prevención para evitar el contagio por COVID-19; sin embargo, mucho se ha debatido sobre su uso y eficacia: desde el incremento de basura al utilizar una cantidad considerable de materiales desechables hasta su efectividad como medida de prevención.
Hasta el momento, la OMS apoya e incentiva el uso del cubrebocas ya que, como sabemos, las gotículas que emitimos (en muchas ocasiones sin darnos cuenta) al hablar, toser, estornudar e incluso exhalar son el vehículo de transmisión del virus y el uso de una barrera física puede ayudar a minimizar el impacto de las mismas.
Se han realizado varios estudios respecto al impacto del uso del cubrebocas en ambientes hospitalarios y áreas comunes: si todas las personas utilizaran cubrebocas, la probabilidad de ser contagiado se reduce drásticamente.
Las recomendaciones generales al usar un cubrebocas son:
- Debe cubrir en todo momento nariz y boca; no debe ser holgado y debe ajustarse únicamente al ponerse.
- No tocarlo durante su uso.
- Retirar quitándolo de las orejas; no tocarlo.
- Si es reusable, lavar con jabón neutro.
- Si es desechable, no reutilizarlo.
- No compartirlo con otras personas.
Las medidas preventivas pueden parecer nimias, pero en conjunto son actualmente, la forma de combatir la pandemia.