Cuando nos encontramos en situaciones límite nuestro cuerpo pueden experimentar ansiedad que se ve reflejado en una sensación de miedo y preocupación, palpitaciones elevadas, respiración acelerada, opresión en el pecho, sudoración, escalofríos, náuseas, mareo y entumecimiento.
La emoción del miedo tiene la función de alejarnos de peligro y mantenernos vivos. Sin embargo, en exceso lejos de ayudarnos nos puede llegar a bloquear física y mentalmente. De acuerdo a investigaciones del Carnegie Mellon University si tienes ansiedad o estrés crónico tu cuerpo produce hormonas que suprimen el sistema inmunológico, por lo tanto tienes más probabilidades de enfermar.
Es por ello que es de suma importancia que aprendamos a manejar las crisis de ansiedad conforme a los consejos del psicólogo Antonio Cano, presidente de SEAS. Una vez que reconozcamos los síntomas tratemos de reinterpretar el problema que nos aflige, tratar de verlo de una forma más realista y no exagerarlo.
Asimismo, es importante ver los problemas como desafíos, no tanto como una amenaza. También nos podemos ayudar de técnicas de relajación como el control de la respiración, podemos inhalar profundamente con el diafragma (estómago), retener algunos segundos y luego exhalar lentamente. Repetir varias veces.
Podemos valernos de la meditación, la música relajante, distraer nuestra mente y pensar en otra cosa, cambiar el tema de conversación, concentrarnos en la actividad que tenemos que realizar y si se puede hacer otra cosa como alguna manualidad o practicar algún pasatiempo.
Estos son algunas recomendaciones que te pueden servir para controlar la ansiedad, es importante no tomarlas como un sustituto de atención psicológica, si es necesario buscar ayuda especializada hazlo.